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Mostrando entradas de julio, 2012

PAUSA IGNACIANA

Sugerencia de la PAUSA IGNACIANA para la vida diaria: La finalidad es buscar y hallar a Dios en todas las cosas, es decir, reconocer la presencia de Dios en la propia vida y a mi alrededor. Gradualmente, con práctica, llega a ser una manera de ver, comprender, querer, pensar, y actuar. Por consiguiente, la pausa ignaciana no se reduce a hacer un balance que se hace al final del día para enjuiciar lo bueno y lo malo. Tampoco se trata de compararse con un modelo imaginario de perfección que sólo sirve para frustrarse y desanimarse. La pausa ignaciana pretende ser una ayuda para crecer en la intimidad con Dios y su vivencia práctica en mi relación con los otros; como consecuencia también me doy cuenta de mis fallas pero sólo desde Él. 1.- Agradecer * Tranquilizarse y ponerse en la presencia de Dios. * Revivir el día sin emitir juicio: con quién estuve, qué hice, qué dije, qué me dijeron. * Hacer consciente mis sentimientos: cuál es mi estado de ánimo, qué me molestó, q